La Economía del comportamiento

La economía del comportamiento también conocida como economía conductual es una rama de la economía que utiliza “insights” de la psicología, la sociología y otras ciencias sociales para comprender cómo las personas toman decisiones económicas y cómo estas decisiones pueden ser influenciadas por factores no racionales o irracionales.

La economía tradicional supone que las personas son racionales y toman decisiones que maximizan su utilidad. Sin embargo, la economía del comportamiento reconoce que las personas no siempre actúan de manera racional y que sus decisiones están influenciadas por factores como las emociones, los sesgos cognitivos, el contexto social y la falta de información. Adam Smith estableció sus ideas relacionadas con la economía conductual, dentro de la cual introduce conceptos como, aversión a la pérdida, elección, equidad e interacciones de mercado, entre otros. Para Adam Smith, los agentes económicos no eran “racionales desapasionados, puramente interesados”, sino individuos realistas.

Al entender mejor cómo las personas toman decisiones, los economistas del comportamiento pueden desarrollar políticas y estrategias que fomenten decisiones más eficientes y beneficiosas para la sociedad en general. Entre las teorías discutidas para definir la economía conductual, se encuentra el sistema dual de razonamiento, la cual hace referencia a dos sistemas, en palabras del psicólogo Daniel Kahneman “el primer sistema opera de manera rápida y automática, el segundo sistema se asocia a la experiencia subjetiva de actuar, elegir y concentrarse” Kahneman (2017).

Además, la economía del comportamiento también puede ser útil en el diseño de programas de incentivos y en la formulación de políticas públicas que buscan cambiar el comportamiento de las personas en áreas como la salud, el medio ambiente y la seguridad financiera. La economía del comportamiento es un campo de estudio que se centra en la comprensión de cómo las decisiones económicas son tomadas por individuos y grupos en la vida real. Algunos de los indicadores o variables utilizados para medir la economía del comportamiento pueden incluir:

• Sesgo cognitivo: Se refiere a la tendencia de las personas a tomar decisiones basadas en prejuicios o estereotipos. Esto puede afectar cómo las personas gastan y ahorran su dinero.
• Toma de decisiones impulsivas: Las personas a menudo toman decisiones impulsivas, lo que puede llevar a un gasto excesivo o a decisiones financieras mal informadas.
• Anchoring: Es la tendencia de las personas a ser influenciadas por información que se presenta primero en una serie de opciones. Por ejemplo, si se les presenta un precio inicial alto para un producto, pueden ser menos propensos a comprar un producto de precio más bajo.
• Teoría del prospecto: Las personas a menudo toman decisiones financieras en función de cómo creen que pueden afectar sus perspectivas futuras. La teoría del prospecto examina cómo las personas ponderan las opciones y evalúan el riesgo y la incertidumbre.
• Comportamiento de manada: Las personas a menudo siguen la opinión de los demás en lugar de tomar decisiones basadas en sus propias evaluaciones. Este comportamiento puede ser visto en la inversión de acciones y otras decisiones financieras.
• Sesgo de presentación: Las personas a menudo responden de manera diferente a la misma información presentada de diferentes maneras. Por ejemplo, una oferta que se presenta como «50% de descuento» puede ser más atractiva que una oferta que se presenta como «ahorra $ 20».

Estos son solo algunos ejemplos de las variables e indicadores que se utilizan para medir la economía del comportamiento. En general, la economía del comportamiento se centra en comprender cómo los seres humanos toman decisiones económicas en la vida real y cómo pueden mejorar sus decisiones financieras a través de la educación y la toma de conciencia de los sesgos cognitivos y comportamientos irracionales.

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A pesar de que la economía del comportamiento ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, todavía existen algunas brechas en la investigación que necesitan ser abordadas. Algunas de las brechas más importantes son las siguientes:

• Falta de datos longitudinales: A menudo, los estudios de economía del comportamiento se basan en datos transversales, lo que limita la capacidad de los investigadores para analizar cómo las decisiones y los comportamientos evolucionan con el tiempo.
• Falta de generalización: La mayoría de los estudios de economía del comportamiento se basan en muestras pequeñas y específicas de poblaciones, lo que puede limitar la generalización de los resultados a poblaciones más amplias.
• Limitaciones en la medición de variables: Las medidas utilizadas para evaluar los comportamientos económicos a menudo son limitadas y pueden no reflejar con precisión los comportamientos en la vida real.

En la coyuntura actual, algunos de los temas que se están abordando en la investigación sobre economía del comportamiento incluyen:

• Decisiones financieras durante la pandemia: Los investigadores están examinando cómo la pandemia ha afectado las decisiones financieras de las personas, incluyendo la inversión, el gasto y el ahorro.
• Comportamiento de inversión: La economía del comportamiento se ha centrado en comprender cómo las personas toman decisiones sobre la inversión y cómo se pueden mejorar las decisiones financieras.
• Sesgos cognitivos y decisiones políticas: Los investigadores están examinando cómo los sesgos cognitivos pueden influir en las decisiones políticas, incluyendo las políticas fiscales y monetarias.
• Tecnología y toma de decisiones: La economía del comportamiento también está explorando cómo la tecnología afecta la toma de decisiones económicas, incluyendo el uso de inteligencia artificial y la automatización en la toma de decisiones financieras.

Hay muchos libros y artículos escritos por economistas del comportamiento que pueden ser una buena introducción a esta disciplina. Algunos autores recomendados incluyen a Dan Ariely, Richard Thaler, Cass Sunstein, Daniel Kahneman, entre otros. También existen varios cursos en línea disponibles que cubren la economía del comportamiento, como Coursera, edX y Udemy, estos pueden ser una buena manera de obtener una introducción a la disciplina y profundizar en algunos temas específicos.

Asistir a conferencias y eventos es una excelente manera de conocer a expertos en el campo y aprender de ellos. También puede ser una oportunidad para conocer a otros interesados en la disciplina y establecer contactos.

Siguiendo las anteriores recomendaciones, la mejor manera de entender cómo funciona la economía del comportamiento es aplicar sus principios en tu propia vida. Intenta identificar los sesgos cognitivos que afectan tus decisiones diarias y trata de tomar decisiones más conscientes basadas en la evidencia. En resumen, la economía del comportamiento es un campo en constante evolución y hay muchas brechas en la investigación que necesitan ser abordadas. Actualmente, la economía del comportamiento se está centrando en temas importantes y relevantes para la coyuntura actual, como las decisiones financieras durante la pandemia, el comportamiento de inversión y el impacto de la tecnología en la toma de decisiones económicas.
En general, entender la economía del comportamiento implica aprender cómo las personas toman decisiones económicas y cómo se pueden aplicar estos conocimientos para mejorar la toma de decisiones en los negocios, la política pública y la vida diaria.

Redactado por:

Carlos Ludeña Loayza

Bibliografía:

Lucas Lorenzo Collao Fajardo, El egoísmo en la obra de Adam Smith, El Catoblepas 196:12, 2021. (s. f.). https://www.nodulo.org/ec/2021/n196p12.htm

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